Paternidad

Sobrevivir al síndrome del padre predeterminado

¿Qué es un padre predeterminado? El término «predeterminado» es el que hace referencia al padre que hace la mayor parte del trabajo diario de la crianza de los hijos. Piensa en él como el responsable del desayuno, el almuerzo, la cena, la limpieza, las cosas de la escuela (que a veces nunca terminan), la lavandería, la tarea, el que sabe dónde está todo… Luego, está el padre de respaldo. El padre de respaldo es el que interviene cuando el padre predeterminado no puede cumplir con sus deberes debido a que posiblemente esté enfermo o ausente.

El padre predeterminado comparte la mayoría de los éxitos del niño, menores y mayores, pero también comparte la mayoría de las dificultades. El padre de respaldo a menudo se encarga de las tareas de cuidado de los niños en las tardes de los fines de semana, los días libres y los días festivos, mientras que el padre predeterminado se encarga de las tareas de cuidado de los niños en el resto del tiempo.

Básicamente, uno de los padres hace casi todo y el otro hace algunas cosas cuando es absolutamente necesario. Y, por lo general, el padre predeterminado casi siempre es la mamá.

La carga mental del padre predeterminado puede ser muy abrumadora. Los padres predeterminados pueden terminar sintiendo una enorme cantidad de presión e incluso culpa. Hacer un seguimiento de cada cosa que su familia hace, está haciendo y necesita hacer; es mucho. Si olvidan algo, parece que todo se desmorona y la culpa es de ellos. No importa que lo hagan todo por todos.

Cómo empezar a ayudarse a sí mismo
  • Ser consciente: Reconocer un desequilibrio es el primer paso. El hecho de que uno de los padres pueda hacerlo no significa que siempre tenga que hacerlo. Entender que ser responsable de todas las cosas no es realista, y que es posible ser un buen padre sin hacerlas.
  • Delegar: Esto no va a ser un 50/50 de inmediato. El padre predeterminado que hace todo tendrá que entregar lentamente más tareas al padre de respaldo. Los padres de respaldo no están acostumbrados a hacer cosas, por lo que es posible que no se hagan cosas importantes. Eventualmente, el objetivo es llegar al 50/50. Hacerlo alcanzable significa hacerlo realista.
  • Aceptar cuando se hacen las cosas: Trata de no microgestionar. Naturalmente, habrá algunos contratiempos al principio. Está bien. El padre predeterminado también puede sentirse incómodo porque ya no está a cargo de todo. Eso también está bien. Es difícil al principio, pero a la larga hará la vida mucho más fácil.
Actualidad

Relaciones interfamiliares, ¿de qué hablamos?

Como ya hemos visto, en estos momentos el concepto de familia están cambiando, y de hecho ya ha cambiado, en la sociedad de la mayoría de los países del mundo. O, al menos, en su forma clásica, que es la que ha aceptado la mayor parte de esa sociedad: un núcleo familiar formado por el padre y la madre (casados según las leyes civiles y divinas), y los hijos que acabaran viniendo. A este núcleo se une la familia directa de cada uno de los cónyuges, que se convierte en familia política; y así se forma una red de parientes más o menos cercanos, pero que sirven de referencia a la hora de hablar de «nuestra familia».

Pero claro, al ir cambiando la dinámica familiar, este concepto ha quedado obsoleto y, lo que es peor, poco útil. Ahora, sobre todo en el Primer y Segundo Mundo, no importa mucho de qué familia vienes, sino de lo que eres capaz por ti mismo. Claro, hay excepciones, no lo vamos a negar; ciertos apellidos famosos y poderosos en algún ámbito hace la vida más fácil a aquellos que lo llevan, aunque a veces también se pueden convertir en una maldición (los Kennedy o los Onassis son prueba de ello). Pero, en general, en nuestros días la familia es algo más íntimo, de lo que no alardeamos ni tampoco nos avergonzamos, porque solo nos sirve de referencia para nuestro crecimiento como seres sociales, al conocer nuestras raíces.

No siempre fue así, por supuesto. En diferentes épocas, la familia se ponía por encima de todo, incluso era una razón para ir a la guerra, o directamente cometer asesinato. Por ejemplo, tenía gran relevancia el pertenecer a familias importantes, de las que salían príncipes (según su etimología, cabeza principal, el más importante de un grupo) y reyes, o gobernantes con igual grado de relevancia. En la antigüedad, ser parte de una de estas familias no era cualquier cosa, se llegaba a ellas no solo por nacimiento, sino también por matrimonio, adopción, o incluso un apretón de manos (recordemos los libertos de la Antigua Roma, que al ser hombres libres llegaban a formar parte de la familia, o clan, de su antiguo dueño). No importaba cómo se formaba parte de ello, en realidad; lo importante es que había que cuidarla y preservarla a como diera lugar. Y la mejor manera para ello, en un momento dado, fueron las relaciones interfamiliares; o, como lo conocemos coloquialmente, el incesto.

Hace poco leía un artículo sobre una familia incestuosa de Estados Unidos, en uno de esos lugares que conocemos como la «América profunda». Los supervivientes eran cuatro hermanos, cuyos padres habían sido primos hermanos por partida doble; no se llegó a hablar de cómo ni por qué acabaron contrayendo matrimonio y formando un hogar. Los hijos tenían claros signos de endogamia, cada uno de ellos con distintos grados de discapacidad intelectual, y todos con claros rasgos de degeneración física. Y es que esta es una de las razones, si no la principal, por la que las civilizaciones, la mayoría de las veces con la religión en la mano, quisieron acabar con la unión y procreación entre parientes de sangre directa.

En la actualidad, la gran mayoría de nosotros conoce este tema gracias al porno incesto. Sí, encendemos nuestros dispositivos, entramos en webs porno, y nos hace gracia, e incluso excitación, ver cómo dos familiares en mayor o menos grados follan como descosidos. Los más suaves, entre primos, o parientes políticos como cuñados, suegras y hermanastras; luego entramos en otros más controvertidos: hermanos reales, padre e hijo, y madre e hijo. También existen las orgías familiares, esta es la categoría más loca, la que menos nos suena a depravación. ¿Y eso por qué? Porque no llegamos a concebir que nos pueda atraer algún miembro de nuestra familia. Y, sin embargo, durante siglos esa fue la manera de preservar las grandes dinastías de la antigüedad: en Egipto, se casaban entre hermanos; en Grecia y Roma, se unían las familias que ya tenían vínculos anteriores y, si alguno fallecía, se echaba mano de hermanos, hijos, o incluso tíos o tías del cónyuge. ¿Y qué diremos de las monarquías europeas durante la Edad Media y el Renacimiento? Muchas de ellas acabaron trayendo al mundo dirigentes tan incapaces y débiles, que acabaron con ellas en algunas ocasiones.

Moral y éticamente, no hay duda de que el incesto, más allá de lo que nos guste el porno online, es algo que reprobamos la mayoría de las personas. Pero no cerremos los ojos, ni tampoco la mente, porque el sexo entre familiares sigue existiendo, y la atracción, el amor y la lujuria. Seguro que en las selvas y junglas del mundo existen tribus a los que no les queda más remedio que reproducirse entre ellos, y que incluso lo ven normal. Puede que no sea lo más común, pero es otra realidad, y otro tipo de familia, que debemos tener en cuenta en esta nueva era.